Dicha metodología tiene su punto de partida en la planificación de los recursos humanos de la empresa, identificando las necesidades en cuanto a capacidades y potencial humano se refiere, cubriéndolas a través de acciones formativas. Estos problemas estructurales no se solucionan reuniendo a un grupo de alumnos en un aula durante 40 horas. La formación sólo es útil cuando a través de ella un empleado o directivo desarrolla mejor sus funciones.